27 de septiembre de 2009

La Razón Del Aire



Hombre de Traje Negro III, pintura de Fabián Pérez


La razón del aire
Alejandro Luque

─¿Está listo, Don Fermín?
─Sí, yo estoy listo, ¿y usted?
─Eh... grabando…

Recuerdo como si fuera hoy que detrás de la higuera, debajo del mamarracho de hojas secas que mi mujer arrinconaba hasta formar una parva impenetrable, encontré la verdad. Fue una mañana en sepia de septiembre, como todas las mañanas que aún corretean los resquicios de mi mente.

Usted pensará, con todo derecho, que un viejo moribundo con un reprochable pasado judicial sólo vive para contar historias. No se equivocaría ya que por más que mi cuerpo se esté apagando y se termine llevando con él todos los secretos de alguna lejana voluptuosidad, mi mente aún conserva intacta toda su luz. Esa que usted espera que ilumine sus certezas y sus dudas, la confesión póstuma que cerrará un caso sin resolver luego de cincuenta años de una oscuridad que a los demás podrá empañarle la vista, pero a mí no.

─Vayamos por partes…
─Si realmente quiere saber, no me vuelva a interrumpir. Una historia debe escucharse en completo silencio para que las preguntas que surjan luego encuentren solas las buenas respuestas. 
─¡Oquéi, oquéi!… No interrumpo y escucho.

Fragmento del cuento incluido en la antología Elementos Básicos del autor, disponible en breve.