31 de marzo de 2017

Empatía



En estos días, en estos años, en este tiempo en el que nuestras urgencias individuales nos provocan esa presbicia social y cultural que no tiene solución en ninguna óptica de barrio o centro comercial, yo propongo salir a la calle a gritar, a hacer huelgas y pedir que las seguridades sociales nos cubran los lentes de la empatía. En esta época en la que cada franja tribal vitupera la que percibe en frente, al costado, arriba o abajo, yo pido porque los poderes legislativos, ocultos o no, nos marquen el camino legal hacia la empatía. Ahora que todo es inmediato, noticias, opiniones, juicios, irrelevancias y menosprecio, ahora que las distancias parecen haber desparecido y todas las personas nos creemos ver, entender, experimentar, comprender, sentir todo y a todos a través de las redes y sus inmediateces, yo pido por que nos envíen el enlace interactivo y permanente de la empatía. Hoy que la educación se nos cae a pedazos por opiniones, posturas, políticas, intereses y ausencia total de visión de futuro de todas las partes, yo reclamo que el primer día de cualquier clase les expliquemos y declinemos en todas sus formas a nuestro futuro qué quiere decir empatía, que lo escriban cien veces, mil veces, recorten y peguen, pero que entiendan al menos una vez su significado. En este momento en el que mueren pibes de hambre, de guerra, de odio, de abandono, de desvida; en este preciso momento en el que seguro hay alguien a menos de cien metros de nosotros que está solo, desamparado, al borde del abismo, necesitando una mano, enfermo, devastado, a punto de desvivirse, yo exijo que los candidatos que nos gobiernan y los que están haciendo campaña para hacerlo, nos digan claramente cómo van a implementar la empatía en el pueblo, en sus votantes, en sus ciudadanos; que lo digan sin peros ni timidez; que lo griten, que lo enarbolen como bandera. Ya quiero que los poderes judiciales penalicen la delincuencia de los apáticos con penas de empatía forzada; que se propongan ministerios de empatía durable y que se defina una cartera para establecer y mantener líneas verdes que reciban los reclamos de empatía. Que nadie en este mundo se vea privado de empatía. Que nadie nunca pueda decir que una persona no haya sabido ponerse en su lugar. Que el dolor nunca más sea un sentimiento ignorado. Que la invalidez, la enfermedad y el desamparo no vuelvan a ser un camino en soledad para quienes no quieran estar solos. Que la diferencia jamás sea la excusa para segregar. Y en este instante que ya se acaba exijo al individuo humano el compromiso de su propia humanidad: humanidad sin la que no seremos otra cosa que esto que estamos siendo, sufriendo, aceptando, destruyendo, ignorando por ausencia de empatía.

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