27 de abril de 2012

(Libre)

Foto del biologuero

(Libre)
Alejandro Luque


Faltaba eso en este domingo intrascendente y destemplado: salir desabrigado a la calle para comprar fasos, atravesar el semáforo en rojo al pedo, levantar la vista a la altura del kiosco a punto de cerrar y cruzarnos. El lenguaje urbano se encargó de los imponderables, y el desorden de mi departamento de arrinconarnos en la zona franca. Nos convidamos los sexos en un silencio ceremonial que barrió en un segundo todo el frío, convencidos de que nuestros cuerpos necesitaban eso y ninguna otra cosa. Destiempo previsible y satisfacción lograda. Cigarrillos, ducha, forro a la basura, y una cerveza cortada con un CD de Piazzola. Enseguida aparecieron como por arte de magia los bollos de la ropa con la que volvimos a disfrazarnos de ciudadanos, y desde la cornisa del aborrecible lunes en ciernes nos despegamos de nuestro desconocimiento mutuo en una posibilidad tan indefinida como necesariamente vacía.

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