13 de agosto de 2009

Dorita Ojos De Hambre


Manifestación (1934) - Antonio Berni

Dorita ojos de hambre

Alejandro Luque


Aquella mañana se respiraba una mezcla extraña de tensión y determinación en el aire. Doña Idelma iba y venía chancleteando por el patio, un mate con poca yerba en la mano y el “porca miseria” que portaba en los labios y ofrecía cada dos frases que intercambiaba con los inquilinos.
–¿É usté, don Anyelo, anque lei v’andare? – me preguntó con los ojos casi desorbitados y la mano extendida, sin avanzar un centímetro más allá del vano de la puerta de mi habitación.
–Sí, doña Idelma –respondí mientras me levantaba del camastro para aceptar el mate. Y cuantos más seamos los que gritemos nuestra miseria, mejor –agregué.
–¡Porca miseria, mío filio! É molto pelicoroso perque la polítcia di capi vano lei rompere la testa –sentenció casi con lágrimas en los ojos.
–¿Para qué le sirve la cabeza al que se está muriendo de hambre, doña Idelma? –repliqué devolviendo el mate. ¡Gracias!
–¡San Yenaro benedeto! ¡Guardate a loro, porca miseria! –rogaba al aire mientras volvía a atravesar el patio con los ojos llenos de lágrimas.

Fragmento del cuento incluido en la antología Elementos Básicos del autor, disponible en breve.

2 comentarios:

Malinata dijo...

Recordé parte de la película Billy Eliot en donde los "rompehuelgas" hacen alarde de violencia. Curioso, aquí en México para los manifestantes, la policía hasta les hace guardia y les abre las vías de circulación.
Un poco difícil tu relato por al enorme carga de lenguajes diversos, pero por otro lado, da esa sensación de Torre de Babel de la situación descrita.
Saluditos.
Nata.

Alejandro Luque dijo...

Nata:

La Argentina de principios de siglo pasado floreció gracias al trabajo de la ola de inmigrantes que, lamentablemente y en una gran mayoría, terminaban viviendo hacinados en "conventillos" lo mejor que podían. Y siempre pensé en ese crisol de lenguas que se debe haber constituido entre todos ellos: italianos, españoles, frances, poloneses, turcos, quizá allí y entonces en toda la historia de América del sur. Crisol que todos los argentinos llevamos en la sangre. Esa 'torre de babel', como bien comentaste, y esa miseria hambrienta es lo que quise desarrollar en el relato a partir del cuadro de Berni.

Gracias por tu comentario.

Ale