13 de agosto de 2009

¿Por Qué, María?




María terminó por desbordar los meandros de su cordura para navidad. Comenzó por rehuir del agua y a dormir acurrucada en un rincón de su habitación. Al escuchar el barullo de aquel año nuevo salió a la calle con un viejo rifle y se puso a amenazar a los paseantes. “¿Por qué?”, inquiría sin dejar de apuntar vacíos hacinados de probabilidades. El arma, de tan arrumbada, se había olvidado de cómo disparar. Así los vecinos le perdieron miedo y se acostumbraron a esquivarla. Y desde aquellas fiestas, cada Nochebuena María salía de su casa descalza, en camisón y armada de su escopeta oxidada. Vagaba por Santa Polola preguntando, “¿Por qué?”. Nadie nunca le respondía; no fuera a ser que se tratara de una aparición.

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